Según la Ley 1116 de 2006 en Colombia, una empresa se considera insolvente cuando se encuentra en una situación en la cual es incapaz de cumplir con sus obligaciones pecuniarias de manera oportuna y regular. La ley establece dos criterios principales para determinar la insolvencia de una empresa:
Criterio objetivo: La empresa se considera insolvente si ha incumplido el pago de dos o más obligaciones a favor de dos o más acreedores, siempre y cuando las obligaciones tengan más de 90 días de mora y representen al menos el 10% del pasivo total del deudor.
Criterio subjetivo: La empresa también se considera insolvente si se encuentra en «inminente cesación de pagos», es decir, cuando se anticipa que no podrá cumplir con sus obligaciones en el futuro cercano debido a su situación financiera. Esto puede incluir factores como la pérdida de contratos importantes, la disminución de ingresos o la insuficiencia de activos líquidos para hacer frente a las obligaciones.
La insolvencia no siempre implica la liquidación de la empresa. En muchos casos, la empresa puede someterse a un proceso de reorganización empresarial, en el cual se negocia un acuerdo con los acreedores para reestructurar las deudas y permitir la recuperación y continuidad de la empresa. Si la reorganización no es viable o no se alcanza un acuerdo, la empresa puede someterse a un proceso de liquidación judicial.
Es importante que una empresa que se encuentre en situación de insolvencia, o que estime que podría estarlo en el corto plazo, busque asesoría legal especializada en insolvencia para evaluar sus opciones y procedimientos a seguir de acuerdo con la legislación colombiana.